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Derivas del Mundo Moderno

Muchas y poderosas son las derivas del mundo moderno. Por ejemplo, el individualismo entendido como negación de todo principio supraindividual que reduce todos los dominios de la civilización a elementos puramente humanos y que, por tanto, niega el intelecto puro (la consciencia) como facultad supraindividual, y la metafísica como su forma propia de conocimiento.

Todo ello es consecuencia de un proceso histórico que ha llevado al mundo a perder su unidad como civilización y, con ella, su pulso espiritual, hasta quedar fragmentada en supuestas “nacionalidades” que no son en realidad sino unidades lingüísticas que defienden la autonomía de su mercado. Por ejemplo, el Humanismo, concepto acuñado en el Renacimiento, resume el programa del mundo moderno; dado que el hombre es la medida del universo, al pretender reducirlo todo a proporciones humanas, prescinde de todo principio superior. Frente a este humanismo individualista que elide cualquier principio supraindividual, se defiende un “Humanismo trascendente” en el que la individualidad humana no sea el fin de todas las cosas sino un estado más entre una serie de estados. La obsesión del hombre moderno por la acción ha marginado la contemplación hasta el punto de convertir aquella en un fin en sí mismo; por eso la necesidad de agitación incesante, de cambio continuo, la dispersión en una multiplicidad ya no está unificada por la conciencia deun principio superior. Por eso, la “ideología moderna” no es más que un verbalismo que fía el mensaje a la forma y no al contenido, es decir, palabrería hueca cuya sonoridad basta para dar la ilusión del pensamiento; en efecto, las ideas machaconamente repetidas por “individualidades ruidosas” en los medios de comunicación y redes sociales, al ser compartidas por muchos, acaban convirtiéndose en una sugestión colectiva. Así, la mentalidad moderna no es más que el producto de una amplísima sugestión colectiva que, con una acción mantenida continuadamente durante varios siglos, ha determinado la formación y el desarrollo progresivo del talante antitradicional.

A la sombra de ello han pululado diversas formas de ocultismo. Es importante señalar la diferencia entre “esoterismo” y “ocultismo”: mientras que el esoterismo es de origen “suprahumano”, constituye la parte más espiritual o metafísica de toda Tradición y tiene por finalidad conducir a los estados “supraindividuales” hasta la Realización espiritual, el ocultismo es una invención meramente humana cuya meta no rebasa el dominio psíquico y mental, es decir, el de la individualidad y, por tanto, no puede conducir a los estados “suprahumanos”. Pese a sus pretensiones, los ocultistas no son depositarios de ninguna Tradición por mucho que se esfuercen en suplir con la fantasía el saber real del cual carecen; de hecho, recurriendo a la ambigüedad terminológica y al “sincretismo” fabrican falsas tradiciones para uso de sus adherentes. Evidentemente, al no ser depositarias de ninguna influencia espiritual ni estar vinculadas a un centro espiritual auténtico, tales organizaciones no pasan de ser caricaturas o contrahechuras que solo dispensan una “pseudoiniciación”. Aunque el movimiento ocultista está en decadencia, se ha rearmado a través de las nuevas ramificaciones del fenómeno New Age, cuyo éxito y difusión se debe a que ha permitido que cualquier persona sin la menor preparación pueda presentarse como maestro o instructor. Pero lo cierto es que la Nueva Era no es más que una reacción primaria contra el racionalismo y el materialismo moderno que, por haberse alejado de todo principio metafísico, se ha convertido en otra ramificación del materialismo pseudo-espiritual y, por tanto, en una influencia antitradicional más. Ejemplo de ello es su estrecho concepto de la evolución espiritual y de la iluminación, concebida como una mera expansión de la individualidad en vez de una sublimación de ésta hasta alcanzar los estados supraindividuales.

Javier Alvarado "Introducción a las Obras Completas de René Guenón"

René Guenón - "Oriente y Occidente I"

René Guenón - "La crisis del mundo moderno II"

René Guenón - "Autoridad espiritual y poder temporal III"

René Guenón - "El reino de la cantidad y los signos de los tiempos IV"

René Guenón - "El Teosofismo. Historia de una pseudorreligión V"

René Guenón - "El error espiritista VI"

René Guenón - "El error ocultista y otras derivas modernasVII"

Ananda K. Coomaraswamy - "Autoridad espiritual y poder temporal"

Ananda K. Coomaraswamy - "La verdadera filosofía del arte"

Ananda K. Coomaraswamy - "Recordación india y platónica"

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